En 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución "Transformar nuestro mundo: la Agenda de 2030 para el Desarrollo Sostenible". Esta Agenda contiene 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y 169 hitos para mejorar la vida de todas las personas y avanzar hacia el desarrollo sostenible a nivel mundial. Se trata de un plan de acción hasta el año 2030 hacia las personas, el planeta, la prosperidad, la paz y el partenariado. Los ODS y los hitos son de carácter integrado e indivisible, y conjugan tres dimensiones interconectadas: económica, social y ambiental. Concretamente, se abordan áreas, que requieren acciones a nivel internacional, nacional y local: pobreza, hambre y seguridad alimentaria, salud y bienestar, educación, igualdad de género, agua limpia y saneada, energía limpia y asequible, trabajo, industria e infraestructuras , reducción de las desigualdades, ciudades y comunidades sostenibles, consumo y producción responsables, cambio climático, océanos, ecosistemas terrestres, paz, inclusión social, acceso a la justicia e instituciones responsables.
El tercer ODS es "Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todas las personas en todas las edades". Aunque la salud sólo es uno del ODS, los 16 restantes se encuentran estrechamente relacionados con la salud desde la mirada de los determinantes sociales de la salud. Estos son las condiciones en que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen y son los principales responsables de las desigualdades en salud. Están configurados por la distribución de la riqueza, el poder y los recursos a nivel mundial, nacional y local e influido por las políticas.
Por ejemplo, cuando se establece erradicar la pobreza en todo el mundo y en todas sus formas (ODS 1), conseguir la igualdad de género y apoderar a todas las mujeres y niñas (ODS 5), promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el plena ocupación y productiva y el trabajo digno para todos (ODS 8), conseguir que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles (ODS 11) o adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos (ODS 13), se está trabajando para mejorar la salud, el bienestar y reducir las desigualdades sociales en salud. Así, la salud y el bienestar son esenciales para el desarrollo sostenible, y sólo será posible alcanzar la ODS 3 si se trabaja sobre los determinantes sociales de la salud y alcanzan el resto de objetivos. En consecuencia, la salud y la equidad en salud son elementos transversales que requieren un abordaje intersectorial compartiendo los objetivos, con alianzas con toda la sociedad y considerando el papel clave de la participación de la ciudadanía.
Así pues, trabajar desde los determinantes sociales de la salud, la promoción de la salud e incorporar la Salud en Todas las Políticas son estrategias fundamentales para alcanzar el éxito de la Agenda 2030, y es coherente con las Declaraciones de Río, Helsinki y Shanghái. Además, la participación de la ciudadanía y el empoderamiento de las personas son indispensables en la Agenda 2030 y en la perspectiva de los determinantes sociales de la salud. Esta participación se fundamenta en la justicia social e implica una orientación hacia un modelo centrado en las personas. También, tal como postula la Agenda 2030, "los niños y los jóvenes son agentes fundamentales del cambio". Por lo tanto, hay que promover el derecho de los niños y los adolescentes a participar activamente en la construcción del desarrollo sostenible.
