A finales de diciembre del 2019 se detectaron los primeros casos de coronavirus en Wuhan (China). Desde ese momento el número de infectados por el virus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad llamada COVID-19 fue en aumento. Su rápida propagación llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a declarar la situación de alarma, el 30 de enero de 2020 y, posteriormente, la situación de pandemia. La afectación y mortalidad del virus ha obligado a los gobiernos de los diferentes países a tomar medidas de distanciamiento social, así como el refuerzo de los sistemas sanitarios para la gestión del elevado número de casos.
Varios organismos internacionales, como el Banco Central Europeo, apuntan que esta crisis dará lugar a una crisis económica y social con un fuerte impacto mundial. Su alcance, impacto y capacidad transformadora vendrá determinada, en buena parte, por la duración de la crisis sanitaria. Las consecuencias se tendrán que analizar con la perspectiva necesaria y a partir de la evidencia que se genere. Sin embargo, habrá que estar atentos a su impacto social y las desigualdades que se deriven. La experiencia en crisis precedentes nos da pistas sobre el alcance de las consecuencias sociales, así como las capacidades desiguales de los diferentes colectivos para hacerles frente.
Desde BepSALUT, como boletín de divulgación en promoción de la salud, queremos aportar algunas reflexiones sobre la actualidad. Una crisis es un momento de transformación; un momento de cambio social, económico, político y de la relación con el entorno.
En este número hablamos de la salud comunitaria en el momento actual, de cómo informarnos y gestionar la información durante la crisis, de cómo ésta puede transformar la práctica en promoción de la salud y cuál es la nueva mirada de los determinantes sociales de la salud en este contexto.