El término "salutogénesis" tiene diferentes significados asociados, introducidos por Aaron Antonovsky en su libro de 1979 Health, Stress and Coping (fotografía 1). En su acepción más formal, la salutogénesis hace referencia a un modelo científico que plantea que las experiencias vitales dan forma al sentido de coherencia de cada uno. Y un sentido de coherencia intenso ayuda a las personas a hacer frente a los factores de estrés y gestionar correctamente las tensiones. A través de este mecanismo, el sentido de coherencia ayuda a determinar el tráfico de cada persona a través del continuum salud / enfermedad. La salutogénesis se centra sobre todo en los orígenes de la salud, mientras que la patogénesis hace énfasis en los orígenes de la enfermedad (figura 1). Sin embargo, no se trata de ideas contradictorias, sino de maneras complementarias de enfocar la reflexión sobre la calidad de vida.
En su acepción más restrictiva, la salutogénesis suele equiparar al sentido de coherencia, definido en los siguientes términos:
... una orientación global que expresa la magnitud de la sensación de confianza persistente, perenne pero dinámica que los entornos internos y externos propios son previsibles y que hay una gran probabilidad de que las cosas salgan tan bien como se podría pedir (Antonovsky, 1979 , p. 123).
En un sentido más general, la salutogénesis hace referencia a un planteamiento académico centrado en el estudio de los orígenes de la salud y los recursos para su cuidado, por oposición a los modelos centrados en los orígenes de la enfermedad y los factores de riesgo.
Se trata de significados diferentes, pero interconectados, y de ahí en parte la confusión que plantean: el núcleo del modelo de la salutogénesis es el sentido de coherencia, una orientación global que muy a menudo se confunde con la orientación salutogénico, ya que todas dos comparten esta idea de orientación. En este sentido, una distinción útil es que la orientación vinculada al sentido de coherencia se basa en la capacidad de una persona para movilizar recursos para afrontar los factores de estrés, mientras que la orientación vinculada a la salutogénesis tiene relación con el interés académico para el estudio de los orígenes de la salud y los recursos para su cuidado, en vez de los orígenes de la enfermedad y los factores de riesgo.
Para Antonovsky, la salutogénesis nace de una pregunta: ¿cuáles son los orígenes de la salud? Su respuesta fue el sentido de coherencia. La pregunta y esta respuesta conformaban su modelo salutogénico, tal como acabamos de ver. Antonovsky abrió la puerta a otras respuestas para el dilema salutogénico, aunque estaba convencido de que su respuesta era la decisiva. Consideraba que la noción de coherencia era el concepto clave del modelo salutogénico, lo que ayuda a explicar por qué la noción de coherencia tiene para tantos académicos un significado equivalente a la misma salutogénesis. Antonovsky defendía que, de todos los aspectos del modelo salutogénico, el sentido de coherencia era lo que reclamaba una atención más particular.
Para muchos profesionales de la promoción de la salud, el uso del término "salutogénesis" equivale a plantear un enfoque alternativo a la patogénesis, tal como hemos explicado al principio. Bajo este prisma, la salutogénesis se podría definir simplemente como un proceso en el que se movilizan unos recursos para estimular la salud y el bienestar individual y colectivo.
Fotografía 1: Aaron Antonovsky, el académico pionero del concepto de salutogènesis

Figura 1. Salutogénesis vs patogénesis
