La Organización Mundial de la Salud ha incorporado a los Objetivo de Desarrollo Sostenible el reto de revertir las consecuencias del cambio climático. Con el objetivo número 13, Acción para el clima, el objetivo es fortalecer la resiliencia, incorporar estrategias de cambio climático en las políticas nacionales y mejorar la sensibilización y la educación en este tema.La propuesta es ir a la raíz del problema y proponer un cambio de modelo energético que sustituya las energías fósiles y la emisión de CO2 y gases de efecto invernadero, por otras energías alternativas. Es un reto que se debe incorporar desde ya a las políticas de todos los países.
El cambio climático está afectando paulatinamente los ecosistemas del planeta. La intensiva explotación -a menudo incontrolada- los recursos naturales, así como el incremento del consumo de energías provenientes de sistemas de generación contaminados, se apuntan como los principales, pero no únicos, responsables de una situación que requiere de una intervención multinivel.
Se sabe que el cambio climático afecta a todos los países con independencia de su nivel socioeconómico pero las capacidades de estos para hacer frente a los problemas que se derivan no es la misma. Así pues, los países con recursos sanitarios deficientes (mayoritariamente países en vías de desarrollo) son los que sufrirán los efectos de forma más contundente y prolongada. Por otra parte, personas mayores y niños, se erigen como los colectivos más vulnerables y más expuestos a los efectos sobre la salud del cambio climático.
Los cambios en los ecosistemas ya están afectando a la salud de las personas por su impacto sobre aspectos tan fundamentales como el agua potable, el aire limpio y el acceso a los alimentos.
Sin embargo tenemos a nuestro alcance soluciones viables para que los países puedan tener una actividad económica más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.