La teoría de la innovación disruptiva la introdujo el profesor Clayton Christensen, de Harvard. Esta teoría explica como una innovación transforma un sector actual introduciendo sencillez, pragmatismo, accesibilidad y asequibilidad cuando el status quo son la complicación y un coste elevado. Inicialmente, una innovación disruptiva se forma en un nicho de mercado que podría no parecer atractivo ni tener consecuencias para los actores relevantes pero, a largo plazo, el producto o idea nuevo vuelve a definir completamente el sector (Clay Christensen, 2016).
Basándonos en lo que hemos aprendido de la investigación en alfabetización para la salud podemos dividir las poblaciones en tres grupos: prosumidores, consumidores y no consumidores. Los primeros son las personas que son expertas en gestionar su propia salud y que guían los sistemas. El segundo grupo es consciente de lo que debería hacer para mantener y promover su salud y cómo utilizar los servicios, pero también se preocupa cuando tienen dudas. El último grupo parece "perdido" o ignorante, porque no sabe cómo encontrar, comprender, evaluar y aplicar la información para promover su salud y utilizar los servicios de manera adecuada. A menudo, los profesionales de la salud lo consideran como "el grupo al que cuesta llegar" (Sørensen, 2011).
Aunque se ha intentado añadir nuevos elementos relacionados con los sistemas de salud a la manera actual de organizar la atención sanitaria, la prevención de enfermedades y la promoción de la salud, como un lenguaje llano, una sensibilidad cultural y con enfoques personalizados (Sheridan et al., 2011), la investigación nos indica que no basta con añadir proyectos individuales a los procesos y prácticas actuales (Sørensen, 2013).
Para superar la división en alfabetización para la salud hay que repensar la manera en la que organizamos y diseñamos la atención sanitaria, la prevención de enfermedades y la promoción de la salud. La alfabetización para la salud como tal reta el status quo, debido a que tiene la capacidad de ser la innovación disruptiva que puede llegar a los grupos a los que "es difícil llegar" y abrir nuevas posibilidades de las que antes estos estaban excluidos debido a las barreras relacionadas con su educación limitada en salud o a la falta de sistemas de alfabetización para la salud.
Además, puede hacer que los consumidores inquietos tengan más confianza y que los prosumidores se impliquen aún más. Invertir en alfabetización para la salud como un valor (Nutbeam, 2008) significa introducir cambios estructurales que incluyan sencillez, pragmatismo, accesibilidad y asequibilidad cuando lo habitual es la complicación y unos costes elevados, tal y como determina la teoría sobre las innovaciones disruptivas. Si bien, para algunos, la alfabetización para la salud les puede parecer poco atractiva y sin consecuencias, tiene el potencial de alterar las prácticas actuales. Por lo tanto, los profesionales, directivos y políticos de la salud deben analizar cuidadosamente la manera en que desean invertir para progresar en alfabetización para la salud.
Para hacer evolucionar la atención sanitaria, la prevención de enfermedades y la promoción de la salud, la alfabetización para la salud como una innovación disruptiva hará ir más allá las fronteras de la integración de servicios, a fin de concentrarse en los esfuerzos personalizados, con el fin de garantizar una mejor integración entre las competencias personales, las necesidades actuales y lo que puede ofrecer la atención sanitaria. La alfabetización para la salud como innovación disruptiva no solo se concentra en la calidad de la atención sanitaria, sino también en los beneficios para los pacientes con respecto a los procesos y resultados sanitarios concretos.
La disrupción se centra en la capacidad de crear un valor máximo para los usuarios finales; y aquí es donde la alfabetización para la salud puede aportar un cambio radical y crear una diferencia en cuanto a la manera en que nos acercamos a las personas y a los pacientes. Esencialmente, se trata de ver cómo podemos utilizar la alfabetización para la salud para impulsar la co-creación de salud y la salud centrada en las personas.
La alfabetización para la salud es como introducimos la sencillez, pragmatismo, accesibilidad y asequibilidad en los sistemas sanitarios. Y eso demostrará cómo la alfabetización para la salud como una innovación disruptiva desarrollará y afectará el objetivo de salud sostenible y el bienestar para todos.