Una de las imágenes recurrentes que usamos al hablar de salud y acción comunitaria es la de tejer: hilos diferentes que se unen y entrelazan formando redes y tejidos que dan soporte, color y calor promoviendo así la salud entre las personas que habitan un territorio. Esta es una imagen muy sugerente, que anima a sumar fuerzas, pero quizás merece ser revisada con mayor profundidad para poder entender mejor el momento actual en el que nos encontramos.
Los objetivos de la Acción Comunitaria para la Salud (ACS) se han ido definiendo en el sentido de desarrollar una acción transformadora que: a) promueva la cooperación para mejorar las condiciones de vida; b) refuerce vínculos sin dejar a nadie fuera; c) potencie las capacidades de acción individual y colectiva[1]. Pero nos seguimos encontrando con nudos y enredones que dificultan su puesta en práctica por parte de cada uno de los diferentes tipos de agentes comunitarios:
- Administración: la falta de recursos, financiación y continuidad de estos procesos es uno de las grandes dificultades que arrastran, siendo fundamental que desde los diferentes niveles de la administración (local, autonómica, estatal) se asuma la responsabilidad que se tiene en este sentido, así como el papel que debe jugar tanto en la dinamización del proceso como en la implementación de los resultados del mismo.
- Profesionales: el trabajo comunitario no es exclusivo de algunos profesionales de cada centro, ni de un tipo de perfil profesional concreto. Puede y debe abordarse desde diferentes niveles, desde la consulta a la intervención en el espacio vecinal[2], y cada profesional, a partir de su formación y habilidades, podrá aportar algo específico que se complemente con lo compartido por los demás agentes comunitarios.
- Ciudadanía: la participación ciudadana debe abrirse más allá de quienes tienen más experiencia o fuerzas para participar, buscando incorporar al diálogo y trabajo conjunto a aquellas personas o grupos que suelen quedarse siempre fuera[3], de manera que puedan disminuir las desigualdades y su efecto en la salud de toda la población.
Así se van generando nudos en los que nos enredamos continuamente: i) procesos cortoplacistas y dependientes del voluntarismo, ii) discusiones sobre a quién le corresponde o no determinado papel en ellos, iii) dinámicas de señalamiento y exclusión de quienes representan la diversidad en nuestros barrios o pueblos.
Además, la situación de crisis permanente que hemos vivido en los últimos años ha tensionado aún más nuestros territorios, entre la falta de recursos a todos los niveles y el crecimiento de propuestas identitarias basadas en el odio y rechazo de quien es diferente. Tensiones que rasgan a muchos niveles nuestros tejidos comunitarios, generando cada vez más distanciamiento e impotencia, tanto individual como colectiva.
Sin embargo, esto no hace más que señalar que la ACS es más necesaria que nunca. Porque la desigualdad y el distanciamiento social tienen un impacto enorme sobre la salud[4] [5], y abordar esta cuestión debe ser una prioridad política, profesional y ciudadana. No empezamos de cero, ni mucho menos. Si nos ponemos las gafas de la mirada salutogénica, que invita a identificar los activos que generan salud[6], junto con estos nudos y desgarros hay también costuras que unen y vinculan personas y recursos en los territorios, iniciativas que, en mayor o menor medida, ayudan a sumar fuerzas, a favorecer el entendimiento y el reconocimiento mutuo, a sostener y cuidar la vida más allá del ámbito individual de cada uno. Durante la pandemia por la COVID-19, uno de los momentos en los que el tejido social se ha visto más tensionado, desde muchos espacios vecinales, profesionales y administrativos se generaron nuevas costuras que mostraron que hasta en las situaciones más difíciles es posible tejer cuando hay claro un objetivo común[7][8][9]. Ahora, pese a todas las dificultades e inseguridades del contexto actual, o quizás precisamente por ellas, toca aprender a seguir haciendo camino[10], tejiendo costuras y redes, construyendo
[1] Ministerio de Sanidad. Acción comunitaria para ganar salud. O cómo trabajar en red para mejorar las condiciones de vida. Madrid: Ministerio de Sanidad; 2021. Disponible en: https://www.sanidad.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/Estrategia/Accion_Comunitaria_Ganar_Salud.htm
[2] Sobrino Armas C, Hernán García M, Cofiño R. ¿De qué hablamos cuando hablamos de “salud comunitaria”?. SESPAS Report 2018]. Gac Sanit. 2018;32 Suppl 1:5-12. Disponible en: https://www.gacetasanitaria.org/es-de-que-hablamos-cuando-hablamos-articulo-S0213911118301547
[3] Cassetti V, López-Ruiz V, Paredes-Carbonell JJ, por el Grupo de Trabajo del Proyecto AdaptA GPS. Participación comunitaria: mejorando la salud y el bienestar y reduciendo desigualdades en salud. Zaragoza: Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social – Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud; 2018. Disponible en: https://portal.guiasalud.es/gpc/participacion-comunitaria/
[4] Desigualdad, Richard Wilkinson, Kate Pickett. Un análisis de la (in)felicidad colectiva (The spirit level. Why more equal societies almost always do better), Turner Publications, Madrid (2009)
[5] Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Comisión para reducir las desigualdades sociales en salud en España. Avanzando hacia la equidad. Propuestas de políticas e intervenciones para reducir las desigualdades sociales en salud en España. Madrid 2015. Disponible en: https://www.sanidad.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/promocion/desigualdadSalud/docs/Propuesta_Politicas_Reducir_Desigualdades.pdf
[6]Cofiño, R., Aviñó, D., Benedé, C. B., Botello, B., Cubillo, J., Morgan, A., Paredes-Carbonell, J. J., & Hernán, M. (2016). Promoción de la salud basada en activos: ¿cómo trabajar con esta perspectiva en intervenciones locales? Gaceta Sanitaria, 30, 93–98. Disponible en https://doi.org/10.1016/j.gaceta.2016.06.00
[7] Hernán, M., García D. Acción comunitaria y emergencias. Comprender el COVID-19 desde una perspectiva de salud pública. EASP, (2020). Disponible en https://www.easp.es/web/coronavirusysaludpublica/accion-comunitaria-y-emergencias/
[8] Ruiz,E., Cubillo,J., Segura,J. et al. Redes comunitarias en la crisis de COVID-19. Ministerio de Sanidad, Madrid (2020). Disponible en: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/Estrategia/docs/ImplementacionLocal/Redes_comunitarias_en_la_crisis_de_COVID-19.pdf
[9] Hernán-García M, Cubillo-Llanes J, García-Blanco D, Cofiño R. Epidemias, virus y activos para la salud del barrio. Gac Sanit. 2020 Nov;34(6). Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.gaceta.2020.04.010
[10] Cubillo-Llanes J., García-Blanco,D., Benede-Azagra,B., Gallego-Diéguez,J., Hernán-García, M. Participación comunitaria: aprendizajes de la COVID-19 para nuevas crisis. Informe SESPAS 2022, Gaceta Sanitaria, Volume 36, Supplement 1, 2022, Pages S22-S25. Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0213911122000954